El Movimiento de Regeneración Nacional enfrentará en el próximo Consejo Nacional una importante aduana rumbo a su institucionalización como un partido político y no más como un grupo de facciones que, bajo la fortaleza de una marca, buscan trabajar en función de sus propios intereses.
El próximo domingo 4 de mayo podría significar un punto de inflexión para Morena que marcará su futuro como un partido que llegó realmente para transformar la vida pública del país o empezar a cometer los mismos errores de aquellos partidos que hoy están destinados a desaparecer.
La soberbia de algunos grupos y liderazgos morenistas de creer que por ellos mismos han ganado elecciones es evidente, por lo cual en Morena se corre el riesgo de que, en el afán de homogeneizar al movimiento, se obtenga todo lo contrario: fuga y desbandadas a otros partidos políticos.
Y es que más allá de pensar que hay división entre los grupos, lo que vemos es una rebelión en la granja, es decir, grupos que desafían la autoridad y el liderazgo moral de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien ha sido la misma que ha marcado la pauta para que se ponga orden en casa.
En el próximo Consejo Nacional de Morena hay tres cuestiones fundamentales: primeramente, poner las reglas claras para quienes aspiran a un puesto de elección popular, esto en respuesta a las recientes polémicas en torno a supuestos actos anticipados de campaña y uso indebido de recursos.
Es decir, que posiblemente lo que se esté acordando en la próxima reunión será el plazo para llevar a cabo los procesos internos y, por supuesto, buscar el uso responsable de los recursos públicos bajo una política de austeridad republicana y honrosa medianía, sin lujos ni ostentosidades.
El segundo punto que tocará será el tema del nepotismo y la no reelección, ya que la reforma enviada por la presidenta Sheinbaum fue aprobada, pero decidieron que entrará en vigor hasta el 2030, por lo cual habrá que hacer un acuerdo para que se aplique de inmediato en Morena.
En este sentido, Morena tendrá que ser muy inteligente en poder generar no solo los acuerdos internos, sino con otros partidos, pues fueron los mismos aliados los que patearon el bote para el proceso del 2030 y son quienes seguramente también se podrían ver beneficiados por esa misma decisión.
Y es que aquellos grupos que, por temas de no reelección y, por supuesto, de nepotismo, no encuentren cabida en Morena para seguir avanzando en sus intereses político-electorales, lo más conveniente será irse por otros partidos que no tienen estos acuerdos internos, dígase Verde o PT.
Ya lo dijo la presidenta Sheinbaum que no piensa que le pueda ir bien a los partidos que quieran ir solos, sin embargo, la ambición es canija y, como les decía hace unos momentos, la soberbia en política es mala consejera; creer que sin Morena pueden ganar los puede llevar directo a la derrota.
No dudo que después de este Consejo Nacional se busque de alguna forma impulsar reformas de estatutos o acuerdos al interior de los partidos aliados, condicionando con esto no solamente el que no puedan captar nuevos liderazgos y conquistar más espacios, sino incluso el convenio de coalición.
Y por último, algo que no se le ha dado tanta atención pero que sin duda es fundamental, establecer los valores éticos y morales del movimiento, pues así como la presidenta Sheinbaum les leyó la cartilla “moral” literalmente, hará falta también que el partido les pegue una recordadita.
En ese sentido, las cosas están muy claras: existen conceptos muy arraigados en el movimiento que marcan el camino, no mentir, no robar y no traicionar al pueblo, por ejemplo, sin embargo, pareciera que solamente se está quedando en discurso y las palabras se las lleva el viento.
¿Habrá la necesidad de otro órgano interno que pueda servir como conciencia o bien como contraloría interna en Morena? Por aquello de que mientras que en el Senado y en la Cámara de Diputados los operadores hacen lo que quieran, a quienes les perjudican es a la marca. Veremos.
Javier Lamarque, ¡cayó parado!
Vaya semana la que tuvo el alcalde de Cajeme, Javier Lamarque Cano. Primeramente, el gobernador Alfonso Durazo, luego de varios días de recuperación, lo recibe en La Casa de Gobierno ni más ni menos que para comprometerse con el apoyo de 80 millones de pesos para la rehabilitación de un parque infantil y la Laguna del Nainari.
Para dimensionar, si hablamos de que a la primera etapa del Parque Urbano La Sauceda se le invirtieron 100 millones de pesos, una cantidad casi similar será la que se estará destinando a estos espacios recreativos de Cajeme, además de que se espera que las gestiones con el gobierno federal puedan traer todavía más recursos.
Pero esto no es todo, el jueves el Congreso del Estado le aprobó al alcalde cajemense el poder solicitar un crédito de hasta 100 millones de pesos, mismos que se busca sean destinados para infraestructura, obra pública y adquisición de maquinaria para trabajos de desazolve y todas esas cosas que tanto hacen falta en Ciudad Obregón.
No cabe duda que Javier Lamarque cayó parado y no lo digo solo por la caída que tuvo luego de buscar el remate de un penal fallado, sino porque al parecer este rescate financiero obedece a lo que podría ser un acuerdo o negociación sobre su futuro político-electoral, pues no hace menos del mes andaba en la capital promoviéndose.
Y es que crea muchas suspicacias que 180 mdp para Javier Lamarque y lo que pueda venir, sean netamente por sus buenos oficios y capacidad de gestión. En política nada es gratis y, por supuesto, que aplica aquella frase “piensa mal y acertarás”. Por lo pronto, por aquello que siempre cae parado le diremos, Javier “Minino” Lamarque.
Adolfo y Paulina, a la altura del reto
No cabe duda que el Secretario de Gobierno, Adolfo Salazar, y la Jefa de Oficina del Ejecutivo, Paulina Ocaña, han estado a la altura del reto de dirigir y coordinar los esfuerzos del estado ante la ausencia del gobernador Alfonso Durazo.
Y es que ante el inminente retorno del mandatario estatal, si algo ha quedado claro en estas semanas, es que si en alguien confía el Doctor es en esta mancuerna, para lo que hoy se construye y, ¿por qué no?, lo que pudiera venir en el futuro.
Cualquier mal pensado diría que el gobernador Alfonso Durazo también quiso demostrarle a los sonorenses que, pese a cualquier cuestionamiento de propios y extraños, estos perfiles son capaces de gobernar en la entidad.
Por supuesto que ambos, Adolfo Salazar y Paulina Ocaña, asumieron la encomienda y no desaprovecharon la oportunidad. Dicho en buen romance: ¡aprovecharon la recta y la batearon por el puro centro! Duela a quien le duela.