Opinión

Oposición en riesgo / Columna MONITOR

Sin lugar a dudas, los partidos políticos de oposición no pasan por su mejor momento: seis años perdidos a nivel nacional, en los que estos partidos no terminaron de descifrar el juego de Morena y, sobre todo, no tuvieron la capacidad de reinventarse y presentarse de nuevo como una opción viable para la ciudadanía.

Y es que no solo Morena y el presidente hicieron las cosas correctamente, ya que, por unlado, le ganaron la narrativa a la oposición y además se blindaron con la gente a través delos programas sociales; sino que también la oposición se ha metido en una espiral deerrores y se ha dedicado a autosabotearse.

Es decir, hay una oposición desdibujada más por los errores de la misma oposición que por los aciertos de Morena. Para demostrarlo, solo basta voltear a las dirigencias nacionales de estos partidos y ver lo que ha sucedido con Alito Moreno del PRI, Marko Cortés del PAN, y hasta Jesús Zambrano del PRD.

En Sonora no es la excepción. Si bien podríamos decir que el gobernador Alfonso Durazo ha ido desarticulando la oposición en diferentes poderes y niveles de gobierno, lo cierto es que muchas de las decisiones tomadas han sido en función de lo que pasa al interior de estos partidos, más que al exterior.

Y aunque esto viene sucediendo desde la legislatura pasada, tomando como ejemplo alCongreso del Estado y los diputados tránsfugas, la realidad es que sigue ocurriendo, y porlo que se percibe, continuará esa tendencia en los próximos meses, ya que estos partidosestán en procesos de renovación de dirigencias.

Pero la decadencia no solo está en la toma de decisiones, sino incluso en los personajes que encabezan actualmente las dirigencias, los cuales carecen de toda autoridad moral para señalar algún atropello, sobre todo cuando hablamos de Rogelio Díaz Brown del PRI y Gildardo Real del PAN.

Parece un absurdo que el dirigente estatal del PRI acuse a Alito Moreno de llegar anti democráticamente a la dirigencia nacional, cuando él mismo llegó por dedazo a travésde una negociación con Alito. Ridículo es también que Gildardo Real acuse de corrupción a Claudia Pavlovich, cuando fue su mayor beneficiario en el Congreso.

Lamentablemente, no podemos decir, como en aquel clásico, “lo bueno que ya se van”,porque mientras unos se atrincheran en la dirigencia estatal, otros se reeligen al frente del comité estatal. Al menos ese es el plan: seguir administrando derrotas, posiciones plurinominales y, por supuesto, prerrogativas.

A todas luces, se nota que a los dirigentes de la oposición no les preocupa mucho representar los intereses de la ciudadanía o ser realmente un contrapeso del poder. Han encontrado en sus partidos la posibilidad de preservar sus pocos privilegios y actuar en función de sus propios intereses.

Siempre he dicho, y además estoy convencido, de que para oxigenar la política se necesita sangre nueva. Sin embargo, decisiones como las que se toman en estos partidos de oposición solo retrasan el necesario relevo generacional, provocando el desencanto hacia la política y el desinterés de participar en el ámbito público.

Ejemplo de ello es el proceso de renovación que se está llevando a cabo actualmente en el PAN, donde Gildardo Real, de manera descarada, está haciendo todo lo posible parareelegirse en el Comité Directivo Estatal, renunciando a toda vocación democrática delpartido y, por supuesto, a la otrora mística panista.

Esto ha derivado en que uno de los aspirantes a participar en el proceso presentara, el pasado viernes, ante el Tribunal Estatal Electoral, un juicio para la protección de sus derechos políticos y electorales, defendiendo el derecho a votar y ser votado que deben tener todas y todos los militantes de Acción Nacional.

En el PRI no es la excepción. Las recientes decisiones del grupo Beltrones, a nivel nacionaly en el ámbito legislativo, han puesto a prueba también a la dirigencia estatal, la cual no hatenido más remedio que apoyar y acompañar dichas decisiones, aunque esto puedaprovocar perder los pocos privilegios que aún le quedan.

Si bien lo más destacable del PRI como oposición reside en la diputación local de EmeterioOchoa, quien de alguna forma está exponiendo a algunos diputados de Morena y de laCuarta Transformación, lo cierto es que, al interior de su partido, si le siguen rascando los”destos” al tigre, pueden hacer enojar a Alito.

En ambos partidos de oposición hay un riesgo latente, y no me refiero a desaparecer, lo cual es una realidad, sino a una próxima desbandada que dependerá de las decisiones que tomen en estos días. Es muy fácil acusar de traidor a quienes se van cuando haces todo lo posible para orillar a que tomen esa decisión.

Si bien el PRI y el PAN viven diferentes situaciones, sí comparten una misma realidad: dos dirigencias no solo derrotadas moralmente, sino sin autoridad moral. Por eso es absurdo que quieran salir a señalar ante la gente, cuando ni siquiera tienen el reconocimiento al interior de sus propios partidos. Ya veremos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *